Trabajando en el Subte

La semana pasada, desde esta columna, hacíamos hincapié en la importancia del libre y público acceso a la información generada por los gobiernos y las empresas de servicios públicos, como una forma de rendición de cuentas y, también, de control ciudadano de su accionar.

Con esa idea, desde el Laboratorio de Políticas Públicas armamos un equipo con el que procesamos, sistematizamos y transformamos en dato abierto, legible y público toda la información que teníamos y que adicionalmente, conseguimos, sobre el funcionamiento del subterráneo de la Ciudad de Buenos Aires, y todo eso, bien ordenado, lo subimos a un sitio web, que llamamos SUBTE.data.

Ahora, en base a la información pública que está en el sitio, hice un informe sobre la estructura organizacional de la empresa Metrovías y la composición demográfica de sus trabajadores, cuyas principales conclusiones presento aquí, en exclusiva.

Por un lado, los trabajadores son los que garantizan que el servicio funcione, todos los días, y más allá de los contratiempos que plantea una gestión empresarial orientada en sacar el mayor beneficio económico antes que en invertir en mejoras en el servicio. Por el otro, el rubro “Mano de Obra” representa el 70,3% del total de costo de operación del servicio. Por tanto, estudiar la composición de los trabajadores es un aspecto fundamental que, sin embargo, hasta ahora no había sido explorado. Empecemos.

El subte tiene 4.034 trabajadores distribuidos en 8 gerencias, aunque una de ellas (la Gerencia General Operativa) concentra el 95% del personal, lo cual parece lógico tratándose del área encargada de la operación del servicio. A su vez, dentro de esta Gerencia, el 82,6% de los trabajadores están concentrados en tres áreas (Mantenimiento de Instalaciones Fijas, Tráfico y Estaciones y Boleterías).

Por otra parte, 3.211 trabajadores están bajo el convenio colectivo de trabajo de la UTA, 380 bajo el convenio de la Asociación del Personal de Supervisión de la Empresa de Subterráneos de Buenos Aires (APSESBA) y 443 trabajadores se encuentran fuera de la regulación de los convenios colectivos. Casi la totalidad de los trabajadores de UTA trabajan en la Gerencia General Operativa.

Un aspecto a destacar es que pese a ser abrumadora mayoría, ningún trabajador encuadrado en UTA es jefe. En cambio, casi todos los trabajadores bajo el convenio de APSESBA lo son. Por su parte, el 30% de los trabajadores fuera de convenio desempeña un puesto de mando.

En el subte hay 497 jefes (equivalente al 12% de la planta). Los trabajadores de APSESBA se reservan los cargos de supervisión y el resto de los puestos de mando son desempeñados por personal fuera de convenio. Este personal está fuera de la protección gremial y por tanto, suele ser más permeable a los intereses de la empresa. De hecho, muchos de ellos están a tiempo parcial en el subte ya que desempeñan funciones también en otras empresas del Grupo Roggio, controlante de Metrovías.

En lo que respecta a la composición demográfica, el 82% de los trabajadores del subte son varones y el 18% restante, mujeres. Sin embargo, en los cargos de jefatura, la disparidad es aún mayor: sólo el 8% de los cargos de mando son desempeñados por mujeres.

Analizados por edades, la relación varones-mujeres se mantiene en los promedios generales en los primeros 4 grupos etarios (de 20 a 59 años), disminuye en la franja de 60 a 69 años y aumenta en el grupo de más de 70 años. Sin embargo, en este último caso se trata de 18 trabajadores con lo cual su incidencia es marginal.

Por otra parte, el 80% del personal del subte se ubica entre los 30 y los 59 años de edad, siendo la franja más numerosa la de los que están transitando la década de los 40. Se trata de una pirámide estacionaria en proceso de envejecimiento, con una base estrecha (de 20 a 29 años) y del mismo ancho que la cúspide (de 60 a más de 70 años).

Por último, solo el 34% de los trabajadores tiene su domicilio en la Ciudad de Buenos Aires.

Para que todos estos porcentajes y números se entiendan mejor, con Andy Tow (@andy_tow) hicimos unas tablas dinámicas, que muestro aquí mismo, para el que quiera hacer su propia combinación de datos.

Esta batería de números y porcentajes nos permite comprender mejor la dinámica de funcionamiento del subte. No pareciera casual que los trabajadores encuadrados en el convenio de la UTA, que además de ser la amplísima mayoría, son los que suelen motorizar las reivindicaciones por mejoras en las condiciones de trabajo y en el salario, no accedan a ningún puesto de mando. Tampoco que buena parte de los cargos de mayor jerarquía así como del personal profesional altamente capacitado esté a tiempo parcial dedicado al subte.

Por otra parte, como decimos en el Informe, el futuro del subte depende de su proceso de extensión y de su modernización, lo que, a su vez, está muy asociado a la dimensión de la plantilla de trabajadores. Esto implica que transitar ese camino siempre es complejo y exige funcionarios públicos (y, en su caso, gestores privados) con la suficiente destreza como para hacerlo con el menor conflicto posible y sin que el costo lo terminen pagando los trabajadores y los usuarios. Bregaremos por que así sea.

 

(Esta nota fue publicada originalmente en www.nuevaciudad.info el 11/12/2014).